El DMSO es un componente efectivo para acabar con el dolor, bloqueando
las fibras conductoras de los nervios que producen dolor.
Reduce la inflamación e hinchazón al reducir químicos inflamatorios. Mejora el suministro de sangre a las áreas de heridas dilatando los vasos sanguíneos, incrementando la entrega de oxígeno y reduciendo los coágulos plaquetarios en sangre. Estimula la curación, una clave de su utilidad en cualquier condición.
Reduce la inflamación e hinchazón al reducir químicos inflamatorios. Mejora el suministro de sangre a las áreas de heridas dilatando los vasos sanguíneos, incrementando la entrega de oxígeno y reduciendo los coágulos plaquetarios en sangre. Estimula la curación, una clave de su utilidad en cualquier condición.
Es uno de los más potentes neutralizadores de radicales libres conocidos
por el hombre, si no el más potente.
En 1866, el científico ruso Alexander Saytzeff aisló un curioso y peculiar compuesto químico. Era cristalino, inodoro, no-tóxico y de gusto similar al ajo. En aquel entonces, Saytzeff no tenía forma de predecir que su descubrimiento demostraría ser altamente controversial a lo largo de toda su historia médica, produciendo un milagroso alivio a numerosos pacientes.
Estoy hablando del dimetil sulfóxido (DMSO), un compuesto de sulfuro orgánico que fue utilizado como solvente industrial hasta que sus propiedades medicinales fueron descubiertas en 1963 por un equipo de investigación dirigido por el Dr. Stanley W. Jacob. El DMSO es un derivado de la pulpa de celulosa ("proceso de sulfato") que transforma la madera en pulpa de fibras de celulosa casi puras. Tan industrial como suene, el proceso es simplemente el tratamiento de trozos de madera con una mezcla de hidróxido de sodio y sulfuro de sodio, conocido como licor blanco, que rompe las uniones entre la lignina (del latino lignum, madera) y la celulosa.
El DMSO es útil para aliviar dolores, quemaduras, acné, artritis, retraso mental,