Yo no inventé la idea de usar clorito sódico para generar dióxido de cloro. Si lee el capítulo 22 de mi primer libro, El Suplemento Mineral Milagroso del Siglo XXI, entenderá cómo el dióxido de cloro ha sido usado para el cuerpo humano por muchos otros durante veinte años o más. Yo simplemente lo he llevado a la atención del público, cuando de otra forma quizá no hubiese sido posible. Durante los pasados doce años he tenido una experiencia más amplia con el dióxido de cloro que ninguna otra persona.
Admito que al principio pensé que yo era el inventor. Yo no lo inventé, pero soy el segundo o tercer inventor o quizá incluso el décimo. Otros ya lo estaban utilizando y lo habían utilizado durante muchos años de forma muy limitada. Yo he extendido su uso y lo he compartido con el público, y sí inventé unos cuantos protocolos, todos ellos los he plasmado en este libro.
Así que estoy de acuerdo con cualquiera que diga que yo no soy el primer inventor. No sé quien usó dióxido de cloro por primera vez para
el cuerpo humano. La literatura no es del todo clara, ya que el clorito sódico ha sido usado durante muchos años por muchos investigadores sin que nunca se dieran cuenta de que los resultados que conseguían se debían al dióxido de cloro. En estos casos, los investigadores pensaron que le estaban proporcionando oxigeno al organismo. En cada caso la investigación estaba limitada a sólo unas cuantas enfermedades o a unos cuantos tipos de éstas. Las investigaciones fueron conducidas en varias facultades y en cada caso los investigadores creyeron que estaban trabajando con oxigeno.
Así que, en lo que se refiere a las patentes, no puedo decir que yo lo usara primero y por lo tanto no puedo obtener una patente. Por supuesto, ni quise ni quiero una patente. Sólo quiero ver que MMS pueda ser utilizado en todo el mundo y eso es lo que está pasando. Con todo esto no quiero decir que esté renunciando a ninguno de los derechos que pueda tener sobre esta tecnología.
En caso de que alguien haga un mal uso de ella, todavía podría retirarles cualquiera de los derechos que todavía tengo. Yo soy el propietario de todos los derechos de autor del material escrito sobre MMS1 y MMS2, ya que la única persona que ha escrito acerca de éstos soy yo. Antes de empezar con ellos, nadie más sabía nada que escribir. Nadie lo usó en más de una o dos enfermedades diferentes. Yo empecé a utilizarlo para todas.
Por lo tanto, cualquiera que escriba sobre el MMS debe utilizar algunos de mis escritos y debe obtener mi permiso. Lo doy libremente a menos que se use indebidamente o se venda la información. En el caso de uso comercial de mi material, todo el mundo que lo use para fines comerciales debe obtener mi permiso.
jueves, 17 de octubre de 2013
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